El fundador

El suizo Mark Kuster visitó Cuba por primera vez en 1998 cuando tenía 25 años. Viajó durante una semana con un grupo de jóvenes suizos a través de Cuba, donde, entre otras cosas, se hizo una parada en la ciudad de Camagüey.

Mark Kuster quedó muy impresionado con el país y su gente y, después de sus vacaciones decidió devolverle algo al pueblo cubano como agradecimiento por la agradable estadía. Decidió fundar una organización de ayuda para niños. Mark Kuster ha estado viviendo en el sitio desde 2003 y acompaña a los proyectos. Viaja a Europa tres veces al año para informar a los donantes sobre el progreso de los proyectos.

Mark Kuster asistió a la escuela primaria y secundaria en Suiza y luego completó con éxito su formación profesional como Comercial. Después trabajó en una compañía internacional de seguros en el sector financiero.

En los últimos años, ha recibido varios premios y honores por su trabajo. En 2015, el Cigar Trophy Award (Premio por sus méritos extraordinarios de caridad y comunidad llevados a través de proyectos de caridad).

Cuba no se puede explicar

Tienes que experimentar Cuba. Los cubanos están llenos de emociones, que pueden despertar en nosotros el entusiasmo y la admiración, pero al mismo tiempo también pueden hacernos pensar. En Cuba, la gente está en el centro de atención y es vista como un enriquecimiento y no como una competencia. Después de mi primera estancia en Cuba, dije: “Cuba me eligió”. Hoy estoy muy agradecido de poder mejorar, junto con otras personas, las condiciones de vida, de aprendizaje y de trabajo de los cubanos y así hacer una pequeña contribución a las perspectivas de futuro de la nueva generación.

Mark Kuster, fundador de Camaquito   

 

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